La niebla obliga a suspender la XVII Subida a La Reineta
No pudo ser, ya en 2015 se anunciaba el fin de la Subida a La Reineta debido al mal comportamiento de un sector del público que ponía en riesgo la seguridad de la prueba pero con esfuerzo enorme tanto de la escudería organizadora como de los patrocinadores y el Ayuntamiento de Trapagaran se organizaba de nuevo para mantener la única subida que se celebra en Bizkaia.
El marcaje de seguridad de las zonas no permitidas al público se intensificó, se contó con la colaboración de la Ertzaintza, Policía Local, Protección Civil y una importante cantidad de comisarios abnegados que aguantaron no solo las inclemencias del tiempo sino que mucho más que no tenían porqué aguantar.
La prueba comenzó con la habitual manga de entrenamientos y con la misma comenzaron los problemas. Un participante sufría una rotura de motor y en lugar de parar inmediatamente, continuaba dejando un reguero de aceite de nada menos que 620 metros. Esta situación obligaba a la intervención tanto de comisarios como el personal de seguridad esparciendo cantidades importantes de sepiolita para neutralizar en lo posible la mancha, colocando además las banderas de advertencia de firme deslizante en dichas zonas.
Una vez continuada la manga se iba a producir el accidente de otro participante en la zona anteriormente mencionada lo que obligaba a la intervención de la grúa para la retirada del vehículo. Con todo ello la primera de las tres mangas duraba aproximadamente dos horas y media cuando en situaciones normales debería haberse realizado en poco más de 40 minutos.
El problema principal que desencadenó la suspensión se producía al final de esa primera manga cuando el tiempo cambiaba apareciendo una niebla que por momentos se fue cerrando hasta dejar sin visibilidad los últimos 400 metros en un principio bajando más a medida que pasaban los minutos. Se comenzaba entonces la comprobación in situ de la zona tanto por los vehículos S como 0 comprobando que la situación no mejoraba, acudiendo incluso a comprobar la situación el vehículo R con Dirección de Carrera.
La solución que se barajó acortar la meta hasta la zona donde la visibilidad era correcta pero el problema que se presentaba era la amplia presencia de espectadores que se quedaban fuera del recorrido sin posibilidad de reubicarlos tanto por espacio como por tiempo. Todo ello derivaba en la impaciencia lógica de los aficionados que invadían el recorrido llegando un grupo de ellos a crear un problema de orden público en una zona complicada del recorrido.
Ante esa situación y tras escuchar también la preocupación de una buena parte de los pilotos, otros querían correr a toda costa, se tomaba la decisión de suspender la prueba ante el importante riesgo que suponía para todas las partes como así aconsejaba también la Ertzaintza.
Tanto desde la EAF-FVA como de la organización de la prueba pedimos disculpas por las molestias producidas y el retraso en la decisión de suspender debido a que se intentó hasta el último momento continuar con la carrera.
También queremos reprobar la actitud de un sector de público que increparon e incluso llegaron a agredir a comisarios de ruta, personas voluntarias que realizan una labor importantísima y sin las cuales no sería posible realizar las carreras.